• Érase un hombre a una nariz pegado, decía el genial Góngora. Hoy podríamos decir érase una persona pegada a un móvil porque la imagen más habitual de nuestras calles son mujeres y hombres que caminan mirando la pantalla de su smartphone, más interesados en el contenido digital que en el contenido real de la calle.
  • Lo importante es el móvil, la publicación que ha subido a Instagram una amiga, el post que ha publicado en Facebook la prima, la foto del novio de una vecina que está colgada en sus redes sociales como presentación del muchacho o ese Tinder que busca parejas ad hoc.
  • No importa el riesgo de tener un accidente o, lo que es peor, provocar un accidente. Encima, si ese individuo o individua pegados al móvil provocan un accidente al tropezar con una persona, se apartan presurosos poniendo cara de yo no he sido.
  • El uso del móvil mientras se camina es una causa significativa de accidentes entre peatones. Según la Fundación Mapfre, el 98% de los accidentes en los que el peatón es el responsable están causados por el uso del teléfono móvil. Además, el riesgo de sufrir un accidente aumenta un 40% cuando se utilizan auriculares junto con el móvil.
  • En cuanto a las caídas, un estudio mostró que, si 1.500 peatones cruzaban una calle usando el móvil, se producirían 446 choques y 103 caídas. Esto demuestra que la distracción causada por el uso del móvil no solo aumenta el riesgo de atropellos, sino también de caídas y otros percances.
  • Pero lo peor no es que el individuo o individua que va ensimismado en su móvil se caiga. Lo peor es que ese sujeto o sujeta choque con una persona y la tire al suelo.
  • Fue justo lo que me ha pasado a mí esta mañana en la parada del bus de Carrefour en La Coruña. Me bajé del bus, seguí andando, paré porque la señora que iba delante mía se detuvo y una joven distraída con su móvil tropezó en mí y acabé en el suelo.
  • Afortunadamente, no noto que tenga ninguna lesión. Pero pude haberme lesionado con los artículos envasados en cristal que llevaba en dos bolsas de supermercado. A todo esto, la individua que provocó mi caída ni se excusó. Si me descuido, me acusan a mí de caer, ella y los viandantes que miraron la escena sin ayudarme a levantarme.
  • Pues estoy de pie. Y más de pie que nunca. Con más ganas que nunca de luchar en contra de la sociedad fría, insolidaria, cruel, injusta.
  • Estoy de pie para seguir luchando. Estoy de pie para señalar con mis manos lo que me disgusta, para aplaudir lo que me gusta, para ilusionarme con mis ideas.
  • Estoy de pie para decir que hay que buscar soluciones ante el peligro de los sonámbulos del móvil que andan sueltos por nuestras aceras. No podemos permitir que vayan tirando a la gente en su andar sin rumbo.
  • Algunas ciudades han comenzado a implementar carriles especiales para personas que caminan mirando el móvil. Estos carriles, conocidos como “carriles móvil” o “aceras para personas-móvil”, se diseñaron para reducir los accidentes causados por la distracción de los peatones irresponsables.
  • El primer carril de este tipo apareció en China en 2015 y la idea se ha extendido a otros países como Corea del Sur. En estos carriles, los peatones pueden caminar mientras usan sus teléfonos sin interferir con otros transeúntes. Me parece una solución aceptable.
  • Pero más idóneo sería ponerles multas ejemplares a los maníacos del móvil que van chocando con los demás peatones. Con una multa ejemplar por tirar una persona al suelo, seguro que más de uno y de una miraría menos al móvil y más a la acera.
  • En España no se contemplan multas por choques entre peatones en las aceras. Las multas se ponen en función de la interacción peatón-coche.  Los peatones pueden ser multados por cruzar la calle mientras miran el móvil. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha establecido multas de 80 euros para aquellos que crucen la calzada sin usar el paso de peatones debido a la distracción del móvil. Si además cruzan cuando el semáforo está en rojo, la multa puede ascender a 200 euros.
  • Estas medidas buscan reducir los accidentes y mejorar la seguridad vial. Insisto en que falta medidas para asegurar la integridad física de las personas que caminamos por la calle, para protegernos de esos peligros públicos que se te acercan, móvil en mano, sin mirar donde pisan.
  • En la Asociación española por la Igualdad de género nos preocupa lo poco seguras que son las aceras de nuestras ciudades por la masiva presencia de adictos al móvil pegados a sus pantallas. Ante el elevado riesgo de que provoquen accidentes con otros viandantes y también accidentes de circulación en las calzadas, se debería legislar al respecto.

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