• De cuando en cuando salta a las páginas de economía de los periódicos la preocupación sobre las pensiones. ¿Seguirán existiendo en el futuro? ¿Cobraremos nosotros pensiones de jubilación como están cobrando nuestras madres y padres?…
  • Antes de responder, miremos los datos. ¿Cuánto nos cuesta la Seguridad social?…
  • El sistema público de pensiones y sanidad nos costará este año 2024 unos 200.000 millones, de los cuales el Estado costea 50.000 millones.
  • Esto supone que 1 de cada 4 euros de la factura de las pensiones se está pagando con impuestos y con deuda pública. Pagar con deuda es como si en una economía doméstica pagáramos la factura de alimentación con un préstamo al consumo cuyas cuotas seguirán pagando nuestros hijos cuando les dejemos la herencia. Nuestros herederos no quedarían muy contentos.
  • Tenemos, pues, una Seguridad Social deficitaria. El dinero recaudado vía cotizaciones no llega para pagar todos los gastos. Y menos llegará en los años venideros cuando se vayan jubilando las que en su día fueron niñas y niños del «baby boom» de los setenta y de los ochenta.
  • No se trata de alarmar al personal, pero sí debemos decir lo que hay:
  • -Las cotizaciones sociales no pueden ni podrán financiar las prestaciones de la Seguridad Social.
  • -El Estado está inyectando fondos a la Seguridad Social y deberá seguir inyectando más dinero. En consecuencia, o bien se consiguen nuevos ingresos fiscales (entiéndase más impuestos) o bien se tendrán que reducir otras partidas de gastos.
  • Los economistas más optimistas defienden que siempre se va a encontrar un sistema para continuar con los pagos puntuales de las pensiones. Pero pocos se atreven a decir si serán unas pensiones más pequeñas, unas pensiones con menor poder adquisitivo.
  • Tal vez, se vayan implantando en el futuro próximo medidas para compatibilizar una pensión de jubilación con un trabajo. Seguramente se potencie no dejar de todos los empleos cuando se alcanza una edad de jubilación dada vez más añosa.
  • ¿Trabajaremos hasta caer enfermos sin remedio en un hospital? Posiblemente. Después de una jubilación de pensión y trabajito vendrán las enfermedades que ocasionan dependencia, visitaremos más los hospitales y la muerte se aproximará con el fin.
  • Por culpa de políticos y políticas que no han sabido gobernar este país acabaremos trabajando hasta nuestro último aliento útil, preocupados por no llegar a cobrar una pensión o por dejar de cobrar esa pensión. Hasta pensaremos que tal vez nos hubiera ido mejor con un sistema de capitalización que con el sistema de reparto vigente.
  • ¿Y nos habría ido mejor?… ¿No hubiera sido mejor un sistema como la mochila austriaca? En España el reparto implica que los trabajadores de hoy pagan las pensiones de los pensionistas de hoy. Las pensiones de los jubilados del futuro las pagarán los trabajadores del futuro con sus cotizaciones. La Seguridad Social es, pues, una gran empresa piramidal. Y ya sabemos cómo acaban las empresas piramidales: en estafas piramidales al menor fallo del sistema.
  • Pero queremos creer que la Seguridad Social existirá siempre. Hasta los economistas más pesimistas creemos en una jubilación de pensiones y viajes del IMSERSO. Creer lo contrario es deprimente. Seamos, pues, optimistas todos. Bien decía Keynes que a largo plazo todos muertos. Ya arreglarán el sistema de Seguridad Social los que vengan en la era de la inteligencia artificial más desarrollada.
  • En la Asociación española por la Igualdad de género «Genus Aequalitatem» defendemos unas pensiones justas para todos, unas pensiones que mantengan el poder adquisitivo de jubiladas y jubilados. Para eso se deberían controlar los precios porque de nada sirve que se incrementen las pensiones anualmente cuando las subidas son devoradas por la inflación.

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