- En los últimos meses, el crédito al consumo ha experimentado un notable repunte, consolidándose como una herramienta clave para financiar necesidades y aspiraciones personales. Desde electrodomésticos hasta estudios universitarios, cada vez más personas recurren a préstamos para acceder a bienes y servicios que antes requerían un ahorro prolongado.
- Este fenómeno refleja una transformación en los hábitos financieros de los consumidores. La facilidad de acceso a líneas de crédito, junto con tasas competitivas y procesos de aprobación más ágiles, ha incentivado el uso de préstamos para adquirir productos del hogar, tecnología de última generación y formación académica.
- El surtido de préstamos es amplio. Hay préstamos para todo. Las entidades financieras han respondido con ofertas diversificadas, adaptadas a distintos perfiles y objetivos. Los préstamos para educación superior, por ejemplo, han ganado terreno entre jóvenes que buscan mejorar su empleabilidad sin comprometer su liquidez inmediata. Por otro lado, el financiamiento de bienes duraderos como lavadoras, televisores inteligentes o sistemas de climatización se ha convertido en una opción popular para renovar el hogar sin afectar el presupuesto mensual.
- Este crecimiento plantea amenazas y oportunidades. Por un lado, es fundamental fomentar la educación financiera para evitar el sobreendeudamiento. Por otro, el crédito bien gestionado puede ser un catalizador de progreso, permitiendo a los consumidores mejorar su calidad de vida y alcanzar metas personales con mayor rapidez.
- La tendencia sugiere que el crédito al consumo no solo está creciendo, sino que se está normalizando como parte integral de la economía doméstica moderna. Hemos dejado atrás la economía basada en el ahorro de la época de nuestros abuelos a una economía basada en el dinero que te presta el banco. Vivimos, pues, por encima de nuestras posibilidades.
- Esta nueva economía interesa al sistema capitalista. Es una economía de ciudadanas y ciudadanos trabajadores que no protestan. ¿Y cómo van a protestar? Si no llegan a fin de mes, está el chiringuito de turno para dar un préstamo. También está el banco de toda la vida para prestarte esa cantidad de dinero que necesitas para comprar los libros de la vuelta al cole o para ir de vacaciones con tu pareja.
- En la Asociación española por la Igualdad de género «Genus Aequalitatem» sentimos inquietud ante esta situación de multitud de economías domésticas de nuestro país. Una población mayoritariamente endeudada no protesta, no le plantea a la clase política exigencias a cumplir, porque se ve obligada a un ciclo de trabajo-préstamo-consumo.
- Pongámosles cifras a esa población endeudada:
- El crédito al consumo en España ha alcanzado cifras récord en 2025, impulsado por una fuerte demanda de financiación para bienes y servicios personales.
- Aquí tienes los datos más relevantes:
- El saldo vivo del crédito al consumo superó los 110.545 millones de euros en septiembre de 2025, marcando un hito histórico. Es la cifra más alta registrada desde que existen datos, y representa un crecimiento del 10,05 % solo en ese mes, el mayor repunte desde febrero de 2020.
- En el primer trimestre de 2025, la concesión de créditos al consumo alcanzó los 656 millones de euros, el volumen más elevado desde 2008.
- Este tipo de financiación se ha vuelto especialmente popular para productos del hogar, electrónica, estudios universitarios y vacaciones, reflejando un cambio en los hábitos de consumo de los hogares españoles.
- El crecimiento del crédito al consumo ha sido tan significativo que ya supera los niveles previos a la crisis financiera de 2008, cuando se alcanzaron los 109.045 millones de euros.
- Según el Banco de España, este auge está vinculado a una mayor confianza del consumidor, tipos de interés más bajos y expectativas económicas más optimistas.
- Estos datos reflejan una tendencia clara: los hogares están utilizando el crédito como una herramienta para mantener o mejorar su nivel de vida, incluso en un contexto económico incierto. Sin embargo, también subrayan la importancia de una gestión financiera responsable para evitar riesgos de sobreendeudamiento.
