• Cuando nadie esperaba otro conflicto bélico nos sorprende un sábado negro que desata la nueva guerra entre Israel y Palestina. La brillante inteligencia israelí descubrió por las noticias que los terroristas de Hamas andaban por su país matando hombres, mujeres, niñas y niños.
  • Tan desprevenidos estaban en Israel que el propio presidente Netanyahu declaró una guerra sin comprender que la guerra ya estaba declarada por el Hamas que nunca ha dejado de mandar en Gaza ni de tener apoyos en el resto de Palestina.
  • Nadie comprendía nada en Israel. Los que menos comprendían el horror que estaban viviendo eran los habitantes de la zona limítrofe con la franja de Gaza. Esta gente, caracterizada por el voto a la izquierda y la defensa de la convivencia con sus vecinos palestinos, fue diezmada por tiros de kalashnikov y degollamientos con cuchillos y machetes.
  • No hubo piedad. Hamas asesinó a 40 bebés sin miramientos en Kfar Aza.  Era un kibutz que se había fundado en el año 1951, cuando los judíos llegaban para echar raíces en el país que les habían prometido los firmantes de la paz de la Segunda Guerra Mundial. En estas comunas voluntarias muchos judíos supervivientes al horror nazi encontraron el calor de sus comunidades para seguir viviendo.
  • Ahora un horror idéntico al horror nazi se ha cebado con sus descendientes. Cuarenta niños recién nacidos muertos. Cuarenta niños inocentes asesinados. Cuarenta niños y niñas. Cuarenta vidas en inicio. Cuarenta angelitas y angelitos.
  • No hubo piedad. Solo hubo odio. Ese odio irracional que se vuelve odio asesino, que convierte a las personas en hienas capaces de acabar con las vidas de sus congéneres sin remordimientos.
  • Familias enteras cayeron degolladas el día que se inició esta nueva guerra. Quemaron casas, coches. Sembraron la destrucción sin importarles ni siquiera sus propias vidas. Mataban y morían. Tampoco les importaban las vidas de los suyos al otro lado de la frontera, donde empezaban a caer los misiles de represalia israelí.
  • Bastó un sábado negro para que un puñado de terroristas desalmados echara a perder la simpatía de buena parte de la comunidad internacional por el pueblo palestino. La violencia quita razones.
  • Kfar Aza y los demás kibutzim fueron asaltados dejando un escenario de muerte y horror e incluso quedando por allí los asaltantes. El ejército israelí no daba abasto.
  • Estaban en guerra y no porque la declarará el presidente de Israel, sino porque se la había declarado Hamas sin ellos darse cuenta de que les venía un conflicto.
  • En la Asociación española por la Igualdad de género condenamos la matanza de niñas y niños y le pedimos a la comunidad internacional que pare la guerra. Sería más contundente quitarle la financiación a Hamas que seguir con los bombardeos una vez que se han eliminado a los terroristas de las calles de Israel. Se trata de salvar vidas humanas y de evitar una nueva crisis económica a nivel mundial que empeoraría la situación de las personas más humildes en todos los países. La clase trabajadora no puede ni debe pagar el ruido de las armas con más inflación.

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