- El Gobierno del señor Sánchez es experto a la hora de sacar de la chistera leyes polémicas. A la Ley del sí es sí que está vaciando las cárceles de maltratadores y delincuentes sexuales, se suma la conocida como Ley animalista. Es la ley que te obliga a asegurar a tu perro.
- Pero vamos a decir el nombre correcto de la ley para que los lectores de este artículo la encuentren fácilmente en el BOE: Ley 7/2023, de 28 de marzo, de protección de los derechos y el bienestar de los animales.
- Es una ley que costó aprobarla. Superó la votación del Senado por la mínima. Previamente, en el Congreso, el PSOE tuvo que aceptar el apoyo de PP y VOX para dejar a los perros de caza sin seguro. Los animales de las actividades cinegéticas quedaban fuera de la ley, con el disgusto de los socios de Sánchez. Era el mes de marzo del presente año 2023. Pasó el verano y se empieza a aplicar la ley con mucha gente desconecta y con otra mucha que no dice que está contenta.
- Por ejemplo, las compañías de seguros están de enhorabuena con los seguros de responsabilidad civil que tienen que contratar los dueños de las mascotas. No sé cómo se las ingenia siempre el Gobierno socialista-comunista del señor Sánchez para favorecer el capitalismo más rancio. Debe ser que la casta se entiende con la casta.
- A los ciudadanos y ciudadanas no los beneficia mucho. Tener mascota se va a convertir en un lujo. A la alimentación del perro tienes que sumar precio de vacunas, precio de enfermedades, precio del seguro de responsabilidad civil, precio también de cuidadores para cuando tengas que dejar solo al animal. Y que no se te ocurra dejar al perro atado a la puerta del supermercado porque tendrías una multa. La mayor probabilidad de multas también se debe considerar a la hora de comprar o adoptar una mascota.
- Hablando de comprar, se han acabado las tiendas de mascotas que venden animales de compañía para nuestros hogares. Los animales se conseguirán en protectoras de animales y en criaderos. Mejor, nos dice la ley, es adoptar. Nadie dice lo contrario, solo decimos que adoptar es demasiado caro muchas veces.
- Lo más bonito de esta ley es lo que no nos cuentan los medios de comunicación sobre la misma: el Gobierno de Sánchez la explica porque la Unión Europea la pide y porque las Comunidades Autónomas y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla ya tenían legislación a favor del bienestar animal. Es una pena que los periodistas no se hayan leído el preámbulo de esta legislación sancheril.
- También es lamentable que tanto esfuerzo legislativo no haya contentado a los animalistas, una gente que tiene partido y presume de los 160.000 votos que nunca le han hecho conseguir escaño. Como se han dejado fuera de la protección a los perros de caza y a los animales destinados a trabajos como perros policía están que trinan.
- De lo que piensan los protegidos no sabemos nada. Son perros, gatos, hurones, tortugas, pajaritos y demás animalitos de los que aún no tenemos listado. Hay que esperar al reglamento para saber qué mascotas son mascotas para la ley. Yo de ellos temería quedar desamparada en una gasolinera de autopista mientras mi ama o amo marcha pisando el acelerador. Ser un perro abandonado no debe ser un plato de gusto.
- Pues sí, eso es lo que pensamos que va a pasar: se incrementará el abandono de mascotas. La pela es la pela. Podemos hacer sacrificios por el gato que nos acaricia las piernas con su suave cola, pero no tantos sacrificios como nos pide la ley del señor Sánchez y ministros.
- En la Asociación española por la Igualdad de género «Genus Aequalitatem» creemos que la Ley 7/2023, de 28 de marzo, de protección de los derechos y el bienestar de los animales no es la ley que necesitan nuestras mascotas y mucho menos la que necesitamos nosotr@s. Sánchez y sus ministros/as van a conseguir el malestar animal extremo, es decir, abandonos masivos de animales de compañía. Las protectoras de animales, lamentablemente, van a tener muchos huéspedes.