• El pasado mes de enero, la Unión General de Trabajadores (UGT) denunció a la plataforma Lowpost, con sede en Pastrana, Valencia, por utilizar falsos autónomos para realizar trabajos de redacción y corrección de textos. Esta denuncia ha tenido como consecuencia el cierre de la empresa en el mes de abril, dejando a los redactores y a las redactoras sin empleo y con ingresos pendientes de cobro.
  • Lowpost era una plataforma que conectaba a empresas y profesionales con redactores freelance para la creación de contenidos. Muchos redactores encontraron en esta plataforma una forma de ganarse la vida y trabajar desde casa, pero ahora se encuentran en una situación complicada debido al cierre repentino de la empresa. Lowpost no estaba haciendo millonarias a las personas que buscábamos quehaceres en esta plataforma. Simplemente nos proporcionaba un ingreso que nos servía para ir al supermercado con el dinero procedente del trabajo de tus manos y no de una dádiva de los servicios sociales de turno.
  • La UGT argumentó que Lowpost estaba vulnerando los derechos laborales al contratar a trabajadores como falsos autónomos, evitando así pagarles las cotizaciones a la Seguridad Social y otros beneficios laborales. Sin embargo, esta denuncia ha dejado a muchos trabajadores en una situación precaria, sin empleo y con ingresos pendientes de cobro.
  • Lo que no dijo en su denuncia el sindicato socialista fue que las redactoras y redactores estábamos pagando a Hacienda el 15% de nuestros ingresos en Lowpost. No le hemos defraudado al Estado español ni un solo euro. Me pregunto cuántos dirigentes de la UGT pagan tanto a Hacienda.
  • Por eso el caso Lowpost no es un caso de economía sumergida. Hacienda cobraba más de lo que le pertenecía. Y lo digo como redactora de Lowpost que todos los años presentaba su declaración de IRPF con estos ingresos en el apartado de rendimientos del trabajo.
  • En todo caso, es importante destacar que en España, la economía sumergida es una realidad para muchas personas que no tienen un empleo fijo o que no pueden acceder al mercado laboral de forma legal. En estos casos, plataformas como Lowpost ofrecen una oportunidad para ganar dinero y sobrevivir económicamente. Dinero, repito, para ir al supermercado con dignidad y no con miseria.
  • Las personas recurren a la economía sumergida por necesidad, ya que no encuentran empleo o no tienen otra forma de generar ingresos. En estos casos, es fundamental contar con alternativas laborales que les permitan subsistir y cubrir sus necesidades básicas. La UGT no tuvo en cuenta en su denuncia la subsistencia de las redactoras y redactores. Ni siquiera se preocupó del dinero que, posiblemente, vamos a dejar de cobrar porque estos de Valencia parece que se han ido sin intención de pagarnos lo que nos deben.
  • La denuncia de la UGT contra Lowpost ha sido criticada por muchos sectores, ya que consideran que antes de cerrar una empresa y dejar a sus trabajadores en la calle, se deberían haber buscado soluciones alternativas. En este caso, la UGT podría haber negociado con Lowpost para regularizar la situación laboral de los trabajadores y garantizarles sus derechos. ¡O podría ponernos a todas y a todos a currar en el sindicato pagándonos con el dinero del proyecto europeo Don´t gig up, never!, dirigido por la Fundación Giacomo Brodolini. Con ese dinero andan denunciando a las plataformas donde nos ganamos la vida malamente las redactoras y redactores del mundo mundial.
  • En la Asociación española por la Igualdad de género «Genus Aequalitatem» nos preocupa que las trabajadoras y trabajadores afectados por el cierre de Lowpost se encuentran ahora en una situación complicada, ya que no solo han perdido su fuente de ingresos, sino que también tienen pendiente el cobro por los trabajos realizados. Esta situación pone en evidencia la vulnerabilidad de los trabajadores freelance y la falta de protección laboral en este tipo de empleo, incluso frente a los sindicatos que se dedican a denunciar alegremente.
  • Esta UGT irresponsable, en vez de defender los derechos de las trabajadoras y trabajadores, nos ha dejado sin nuestro derecho al trabajo y sin nuestro derecho al cobro de los servicios prestados en Lowpost. Tendremos que pedirles a ellos el pago del dinero pendiente. Yo, como redactora que soy o fui (habrá que decirlo ya en pasado), por supuesto que le voy a pedir a la UGT mi dinero pendiente de cobro en Lowpost. Si no me paga Lowpost, que me page la UGT. Y animo al resto de redactores y redactoras a hacer lo mismo. ¡Es nuestro dinero!
  • En definitiva, el cierre de Lowpost como consecuencia de la denuncia de la UGT ha dejado a muchos redactores sin trabajo y con ingresos pendientes de cobro. Es necesario reflexionar sobre la importancia de regularizar las condiciones laborales en plataformas digitales y garantizar los derechos de los trabajadores freelance sin perjudicarlos.
  • Nadie es feliz trabajando en negro. La economía sumergida puede ser una solución temporal para muchas personas, pero es fundamental buscar alternativas sostenibles y justas para todos los trabajadores. Sería de justicia que la UGT y otros sindicatos buscaran trabajos alternativos para las redactoras y redactores antes de acabar con las plataformas que nos dan de comer.

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