- Leonor empieza a conocer su reino aún en compañía de sus progenitores. Felipe VI y Letizia quieren arropar a su primogénita en el inicio de su andadura como heredera del trono español. Les puede a nuestros monarcas la faceta de padre y madre, muy en la línea proteccionista que se lleva ahora.
- La princesa Leonor de Borbón realizó esta visita oficial a Navarra que combinó historia, tradición y cercanía institucional. En su calidad de heredera al trono, la visita tuvo un marcado carácter simbólico, especialmente por su paso por el Palacio Real de Olite, conocido como el “palacio encantado de la otra Leonor”, en referencia a Leonor de Navarra, reina consorte de Aragón en el siglo XV.
- La jornada comenzó en Pamplona, donde Leonor fue recibida por autoridades del Gobierno foral y representantes de la sociedad civil. Tras un breve acto en el Parlamento de Navarra, la princesa se trasladó al Palacio Real de Olite, uno de los enclaves más emblemáticos del patrimonio navarro. Allí recorrió las estancias restauradas, los jardines medievales y la torre de la reina, donde se le explicó la historia de Leonor de Navarra, hija de Blanca I y Juan II de Aragón, cuyo legado sigue vivo en la memoria del antiguo reino.
- La visita incluyó también una parada en el Monasterio de Leyre, panteón de los primeros reyes de Navarra, y un encuentro con jóvenes estudiantes en la Universidad Pública de Navarra, donde Leonor compartió reflexiones sobre el papel de la juventud en la construcción de una sociedad más justa y cohesionada.
- Uno de los momentos más destacados fue la referencia al título de Princesa de Viana, que Leonor ostenta como heredera al trono. Este título, creado en el siglo XV por Carlos III el Noble, rey de Navarra, simboliza la conexión histórica entre la Corona española y el antiguo Reino de Navarra. La presencia de Leonor en tierras navarras refuerza ese vínculo y proyecta una imagen de continuidad institucional y respeto por la diversidad territorial.
- Durante la visita, la princesa Leonor lució varios estilismos que reflejaron su evolución hacia una imagen más institucional. En Pamplona, optó por un conjunto de chaqueta y pantalón en azul marino, acompañado de zapatos de tacón medio y pendientes discretos. Para la visita al Palacio de Olite, eligió un vestido midi en tono marfil con bordados florales, evocando la estética medieval del entorno. En el Monasterio de Leyre, se decantó por un abrigo camel de corte clásico, que combinó con botas altas y una coleta baja, proyectando sobriedad y respeto por el lugar.
- Cada elección estilística fue cuidadosamente pensada para transmitir cercanía, elegancia y madurez, consolidando su imagen como futura jefa de Estado.
- El hábito no hace al monje, pero ayuda mucho. Leonor va tratando de hacerse con un estilo de vestimenta propio. De momento, opta por lo clásico y huye de las modernidades sexys que tanto gustan a su madre.
- Seguro que pronto vemos a la princesa de Asturias haciendo otra visita oficial. Seguro también que pronto la veremos sola, sin llevar a papá y a mamá de acompañantes. Leonor ya se nos ha hecho adulta.
- En la Asociación española por la Igualdad de género nos atrevemos a recomendarle a Su Alteza mirar más allá del mundo feliz que le ponen como telón en sus visitas. Lo vimos en Navarra. Lo veremos en otras comunidades autónomas que visite doña Leonor.
- Los políticos responsables hacen como el dueño de la casa que está de fiesta: limpian y abrillantan suelos y muebles, llenan la nevera de ricos manjares y hacen creer a los invitados que lo que ven es el día a día. Mentira. Lo que ven los invitados es una casa arreglada para una fiesta. Y lo que ve Leonor son pueblos y ciudades arregladas para su visita.