- La llegada de un bebé transforma radicalmente la vida de cualquier trabajador/a. Las rutinas cambian, las prioridades se reordenan y el tiempo se convierte en un recurso aún más escaso. Sin embargo, muchas empresas siguen sin saber cómo acompañar a sus empleados en esta transición vital. La vuelta al cole, ese momento en que miles de familias reorganizan sus horarios y energías, es una oportunidad perfecta para recordar que la conciliación no es un lujo, sino una necesidad.
- Ser madre o padre no debería ser un obstáculo laboral
- En España, y especialmente en comunidades como Galicia, la conciliación sigue siendo una asignatura pendiente. Aunque existen leyes que protegen los derechos de los trabajadores con hijos —como la reducción de jornada, el permiso de lactancia o el teletrabajo por cuidado de menores— la realidad es que muchas empresas no promueven activamente estas medidas. En algunos casos, incluso se penaliza de forma encubierta a quienes las solicitan, afectando sus posibilidades de promoción o estabilidad laboral.
- Según datos del Ministerio de Trabajo, en Galicia se registraron más de 3.000 solicitudes de conciliación laboral en el primer trimestre de 2024, la mayoría relacionadas con despidos o reclamaciones de cantidad tras pedir medidas de conciliación. Esto refleja una tensión estructural entre las necesidades familiares y las dinámicas empresariales.
- ¿Qué deberían hacer las empresas?
- Crear un entorno laboral donde ser madre o padre no sea un obstáculo implica un cambio cultural profundo. Algunas claves:
- Flexibilidad horaria real: No basta con ofrecerla en papel. Debe aplicarse sin penalizaciones ni estigmas.
- Teletrabajo estructurado: No como solución improvisada, sino como parte del diseño organizativo.
- Planes de retorno tras la baja maternal/paternal: Acompañar la reincorporación con formación, apoyo emocional y adaptación progresiva.
- Guarderías o ayudas escolares: Facilitar el acceso a servicios educativos es una inversión en bienestar.
- Formación en liderazgo empático: Los mandos intermedios deben entender que la productividad no está reñida con la humanidad.
- Además, es fundamental que las empresas midan el impacto de sus políticas de conciliación. No solo en términos de retención de talento, sino también en salud mental, absentismo y clima laboral.
- Galicia: una radiografía preocupante
- En Galicia, el 73% de las conciliaciones laborales individuales acaban en despidos, lo que sugiere que pedir medidas de conciliación puede tener consecuencias negativas para el trabajador. A pesar de los avances legislativos, la cultura empresarial gallega sigue siendo rígida en muchos sectores, especialmente en la industria manufacturera y el comercio, donde la presencialidad se impone como norma.
- Los sindicatos denuncian que muchas empresas gallegas no cumplen con los protocolos de conciliación establecidos por la Xunta, y que las inspecciones laborales son insuficientes para garantizar su aplicación efectiva.
- Conciliar es cuidar
- La conciliación no es solo una cuestión de derechos laborales: es una apuesta por una sociedad más justa, más saludable y más productiva. Las empresas que entienden esto no solo retienen talento, sino que construyen entornos donde las personas pueden crecer en todas sus dimensiones.
- En la Asociación española por la Igualdad de género «Genus Aequalitatem observamos con preocupación el largo camino que hay hasta una conciliación efectiva. Horarios inflexibles, permisos inexistentes, organización severa. Estas son las tres características de un sistema productivo que no se humaniza. Trabajadoras y trabajadores seguimos siendo tratados como números.
- La consecuencia es una sociedad envejecida porque tener niños y niñas se está penalizando. Y esta penalización es sufrida mayoritariamente por las mujeres.