• Muchas madres que no somos madres hubiéramos querido haber tenido una hija tan perfecta como Leonor de Borbón. Es un chica guapa, culta, educada, con el saber estar que da pasar por las proximidades de lo mejor de lo mejor.
  • Leonor es tan perfecta que hasta obedece. Acepta con ilusión su destino de futura Reina de España sin dejar asomar la rebeldía adolescente en su mirada azul mar. No me imagino a muchas jóvenes de su edad aceptando tal destino sin hacer una pataleta y chillar «mamá, quiero ser artista», es decir, quiero hacer lo que me venga en gana.
  • La joven heredera del trono de España nos dice cuando jura la Constitución «cofiad en mí» y te vienen ganas de darle la mano, de decirle que confías en ella porque la ves un ejemplo a seguir aún cuando tienes edad para ser su madre. No cabe duda que Letizia hizo un buen trabajo educando a la heredera al trono de los Borbones más digna del cargo.
  • Nada tiene que ver la hija mayor de la reina Letizia con sus primos por parte de padre. Los Marichalares solo han conseguido ser noticia por sus escándalos de fiestas un tanto indignas de vástagos de una Infanta de España. Los Urdangarines dan menos que hablar, pero tampoco son tan perfectos como las primas Borbón Ortiz.
  • Esperemos que en el futuro podamos seguir diciendo que la princesa Leonor es perfecta. España necesita su perfección como ejemplo. Pero los tiempos dan vueltas como un laberinto. Leonor es muy joven. No ha tenido heridas de vida. Le falta el amor inalcanzable, la decepción, la traición, la enemistad… Le faltan golpes de tormenta en sus miradas de felicidad.
  • Es cuando pasan las tormentas cuando se alcanza la perfección que se llama resistencia. Ojalá Leonor resista esas tormentas y ojalá que le sean leves. Así se lo deseamos nosotros, Alteza, las chicas y chicos de la Asociación española por la Igualdad de género «Genus Aequalitatem».
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