• Llega el 8 de marzo, día internacional de la Mujer para festejar lo conseguido y para reivindicar lo que queda por conseguir. Mujeres de todas las edades y clases sociales salen a las calles para sumarse a las manifestaciones que se celebran en las principales ciudades del mundo mundial. Hay mucho por lo que protestar, pero hay pocas mujeres protestando.
  • En Madrid solo son 34.000 las féminas que protestan en la manifestación. Las demás mujeres no están ni se las espera. En el resto de ciudades españolas también ha caído la participación de forma significativa. Cada año menos mujeres salen a la calle.
  • De esta manera, las manifestaciones del Día de la Mujer se están convirtiendo en una protesta descafeinada. Ves las imágenes y sientes preocupación por la posibilidad de que acaben como las manifestaciones de 1 de mayo. Ni la mayoría de las mujeres luchan ni la mayoría de los trabajadores luchan. Así nos va.
  • En la Asociación española por la Igualdad de género «Genus Aequalitatem» echamos en falta una respuesta masiva en la calle el 8 M y en convocatorias por el asesinato de mujeres. No puede decaer la lucha si queremos que nuestros derechos sean reales y no un simple papel que no se cumple en la práctica.
  • Lamentablemente, las cifras de asistencias a las manifestaciones están ahí. Fueron unas manifestaciones con muchos huecos en las calles, incluso fueron manifestaciones divididas entre distintas corrientes del feminismo.
  • No tendría tanta importancia la falta de asistencia masiva a las manifestaciones si estuviéramos viviendo una etapa reivindicativa en otros ámbitos, pero no es así. Vemos mucho conformismo entre las mujeres, mucha aceptación de la sociedad patriarcal para no complicarse la vida, y no debería ser así.
  • Las mujeres deberíamos plantarle cara al machismo fuera y dentro de nuestras casas. No podemos aceptar una brecha salarial. No podemos aceptar renunciar a nuestras carreras profesionales para convertirnos en únicas cuidadoras de nuestros hijos/as y de nuestros mayores. No podemos aceptar el amor romántico que acaba llevando casi siempre al maltrato. No podemos aceptar 56 asesinos de mujeres en el año 2023.
  • A las mujeres nos falta orgullo. Tendríamos que convertir el 8 de marzo en el Día del Orgullo de la Mujer. Las manifestaciones tendrían que ser una fiesta de mujeres orgullosas de nuestra condición de género y defensoras acérrimas de la libertad femenina.
  • Pese al pesimismo que transmiten unas manifestaciones poco concurridas, en la Asociación española por la Igualdad de género «Genus Aequalitatem» somos optimistas. Sabemos que las mujeres vamos a seguir avanzando. Sabemos que vamos a seguir dando pasos de libertad. Sabemos que estamos las mejores plantándole cara al machismo de la sociedad patriarcal nos cueste lo que nos cueste.
  • Hay mujeres a las que no nos importa el precio de la lucha que supone conseguir la libertad. Mejor libres que arrodilladas. Mejor valientes que sumisas. Mejor orgullosas que avergonzadas. Y tenemos muchos motivos para sentirnos orgullosas de ser mujeres y para sentirnos poderosas; pero citaré uno solo, el más importante: estamos demostrando que somos capaces de hacer todo lo que nos proponemos nosotras solas.
  • Y aún hay mujeres que nos proponemos acabar con la sociedad machista y patriarcal practicando el feminismo que nos late en todos los ámbitos de la vida. Como dice Shakira en su canción más famosa: «las mujeres no lloran, las mujeres facturan».

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