La Historia da y quita razones, y muchas más razones va a darnos cuando desempolvemos del olvido de las crónicas lejanas nombres como el de Nettie Honeyball, activista de los derechos de la mujer y fundadora del primer club deportivo. Corría el año 1894. Nacía el British Ladies Football Club dos años después de se jugará en Glasgow, Escocia, el primer partido de fútbol femenino. El nacimiento del fútbol masculino está fechado en el año 1863. No tardamos tanto las mujeres en jugar al fútbol de manera profesional.

Aquellas pioneras del fútbol femenino eran las Virginia Torrecilla de hoy. Y antes de las Virginia Torrecilla de hoy hubo otras futbolistas que vieron como la FIFA les prohibía jugar en sus campos oficiales, prohibición que duró hasta el año 1971. Hubo que luchar mucho contra el machismo. Hay que seguir luchando contra el machismo. Las mujeres tenemos derecho a practicar el deporte que nos venga en gana de manera profesional.

Desde la Asociación española por la igualdad de género «Genus Aequalitatem» nos sumamos a la reacción indignada de la centrocampista del Club Atlético de Madrid ante el tuit machista sobre el fútbol femenino. ¿No tenemos las mujeres derecho a perder un partido de fútbol? ¿O es que sólo tienen derecho a perder los hombres? Jugar al fútbol es ganar, y perder, y empatar. Hoy ganas, mañana pierdes, pasado puede que vuelvas a ganar. El género no es una variable en el resultado. Los equipos de fútbol de los Cristiano Ronaldo también pierden por goleada, cuando les toca perder, con un equipo de cadetes. Por eso el fútbol es grande.

Muchas voluntarias de la Asociación española por la igualdad de género Genus Aequalitatem fuimos niñas que intentamos jugar al fútbol en los patios de nuestros colegios. No teníamos el referente de estrellas femeninas en el balompié. Hoy las niñas de nuestra Coruña se emocionan viendo el juego de Virginia Torrecilla, Alexia Puttelas, Ángela Sosa, Irene Guerrero, Rosalía Muiño y de tantas referentes del fútbol femenino. Por eso escribimos este artículo de apoyo.Seguid jugando. Seguid haciendo soñar a las niñas que vendrán mañana rompiendo más techos de cristal.

 

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