• Por vender periódicos y por conseguir lectores para los periódicos digitales se hace cualquier cosa, llegando incluso al ridículo. Es lo que está pasando en los medios de comunicación con los matrimonios de la realeza, sobre los que hay muchos rumores anunciando su fin.
  • Primero fueron los actuales Reyes de Dinamarca los que consiguieron portadas. Federico apareció al lado de la guapa Genoveva y toda la prensa anunció su separación y divorcio. Mary Donaldson se iba a negar a ser cornuda.
  • No fue el caso. El príncipe Federico se convirtió en Rey de Dinamarca y su esposa es la actual Reina Consorte. Si olía a algo podrido en Dinamarca ya no huele. Empieza un reinado, se perdonan los cuernos y la suegra se retira a descansar después de haber llevado durante 52 años la corona sobre su cabeza.
  • La pobre Genoveva se ha quedado con su papel de cortesana fracasada. Dicen que va a dar una exclusiva para hacer caja. Haría bien en dar una portada en el ¡Hola! con muchas páginas de entrevista llorosa. Podría ser el nacimiento de un nuevo personaje al estilo de Belén Esteban, pero más parecido a Corinna.
  • Si miramos el matrimonio de la Zarzuela tampoco creo que haya problema. Solo hay un señor llamado Jaime del Burgo intentando sacar unos euros arrimándose al periodista Jaime Peñafiel en un libro folletín. ¡Qué pena da Jaime Peñafiel! El periodista que se las daba de elegante, siempre arrimado a la realeza, es un señor con los noventa años cumplidos que ha perdido la elegancia. Ya no vale más por lo que calla. El señor Peñafiel vale más por lo que vomita.
  • En el mismo bando de amargados de la vida está el señor Jaime del Burgo, hijo de un ex presidente de Navarra y abogado de profesión. De afición es algo así como un acompañante de famosas reales. No para de subir tuits declarándose enamorado de Letizia y aprovecha para subir fotos sensuales con la hermana Telma. Otro individuo que no sabe lo que es la elegancia. Cuando un supuesto amante saca los secretos da penita. ¿Nadie quiere al señor del Burgo ahora?…
  • Yo creo que el señor del Burgo debería olvidar a Letizia y recomponer su vida. Por ejemplo, poniéndose a trabajar en su profesión de abogado. Ahora que es más famoso, seguro que tendría casos para defender en los juzgados.
  • El señor Peñafiel haría bien recuperando la elegancia. Pero tal vez se ha cansado de ser elegante y está probando con gusto el amarillismo periodístico. La obsesión de Peñafiel con Letizia hace que el anciano periodista pierda el oremus. Pobre hombre.
  • No es que nosotr@s queramos defender las monarquías europeas con capa y espada. Simplemente queremos defender el sentido común. Los matrimonios no son eternos. Miras a tu alrededor y ves más divorcios que uniones eternas y, en esas uniones eternas, no se ve mucho amor.
  • Un matrimonio es un producto que nace, crece, se reproduce en hijos o en no hijos y muere. Entonces vienen las camas separadas, las habitaciones separadas y las comidas con distintos horarios. No debemos criticar en la realeza lo que hacemos en la no realeza.
  • Cuando estamos en camas separadas aparecen los cuernos con mucha facilidad. Y, si no hay cuernos, es que no tenemos con quien darnos un beso prohibido y acabar en la cama del pecado. Los príncipes, princesas, reinas y reyes tienen siempre con quien pecar. Por eso son cornudos y ponen cuernos.
  • En la Asociación española por la Igualdad de género «Genus Aequalitatem» les deseamos a los matrimonios del mundo mundial que sean felices. Vivan la felicidad mientras la tengan. Vendrán los desamores mucho antes de las bodas de plata. Vendrán los divorcios. Volverá a venir el amor. La vida es un ciclo que encuentros y desencuentros, un juego de tronos, un valle de lágrimas con risas por medio. Disfruten.

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