• No es una noticia de la Edad Media sino de nuestro tiempo: Las monjas clarisas de Belorado (Burgos) anuncian que abandonan la Iglesia de Roma. Es una noticia que se ha convertido en trending topic este lunes 13 de mayo.
  • En medio de los resultados favorables al PSOE en las elecciones catalanas se cuela una noticia de unas monjitas famosas por pedir que haga buen tiempo el día de la boda. ¿Qué les ha pasado a estas mujeres que se han sublevado ante la autoridad del Papa Francisco? ¿Qué le ha pasado a su abadesa?…
  • Las monjas de Belorado se nos han vuelto guerreras. Por eso merecen que le abramos hueco en nuestro blog. Pero que quede claro que muchas y muchos de nosotros en la Asociación española por la Igualdad de género «Genus Aequalitatem» no comulgamos con sus creencias. El único Dios en el que creemos es la Ley y nuestro catecismo es la Constitución española.
  • Empezaremos, pues, contando lo que ha pasado…
  • La abadesa, sor Isabel de la Trinidad, nace en una familia humilde en un pequeño pueblo de Burgos. Desde muy joven muestra una profunda devoción por la fe católica y una gran vocación religiosa. Ingresa en la comunidad de Clarisas de Belorado a temprana edad y pronto destaca por su fervor y su capacidad de liderazgo. Tras años de dedicación y servicio en la comunidad, sor Isabel es elegida abadesa por sus hermanas monjas. Bajo su dirección, el monasterio florece y se convierte en un lugar de oración y contemplación muy respetado en la región. La abadesa es conocida por su sabiduría, su caridad hacia los más necesitados y su firmeza en la defensa de la fe.
  • Sin embargo, la llegada de Pablo de Rojas Sánchez-Franco y su Pía Unión Sancti Pauli Apostoli supone un punto de inflexión en la vida de la comunidad. El carisma y las enseñanzas del nuevo líder atraen a algunas monjas, que comienzan a cuestionar la autoridad de Roma y a buscar una forma diferente de vivir su fe. Sor Isabel, fiel a sus convicciones y al magisterio tradicional de la Iglesia Católica, se opone firmemente a esta corriente disidente. Pero con el tiempo, las divisiones internas se hacen cada vez más evidentes y la abadesa se ve obligada a tomar una decisión drástica: abandonar la Iglesia Católica para unirse a la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli.
  • Esta ruptura causa conmoción entre los fieles de la región y provoca una reacción inmediata por parte del arzobispo Mario Iceta. El prelado, que ha conocido a sor Isabel desde sus primeros años como religiosa, no puede creer que ella haya tomado semejante decisión. Con profundo pesar, el arzobispo Mario Iceta se ve obligado a comunicar al Vaticano la intención de la comunidad de Clarisas de Belorado de separarse oficialmente de la Iglesia Católica.
  • La noticia cae como una bomba en el seno de la comunidad religiosa y genera un intenso debate entre las monjas que hacen bombones de mojito. Algunas apoyan fervientemente a sor Isabel y comparten su visión crítica sobre los papas posteriores a Pío XII. Otras, en cambio, se sienten confundidas y desorientadas ante esta radical ruptura con la tradición milenaria de la Iglesia.
  • En medio de esta crisis espiritual, sor Isabel se mantiene firme en su decisión y asume plenamente las consecuencias de sus actos. A pesar del dolor que le causa separarse de sus hermanas clarisas y del rechazo que está experimentando por parte de las autoridades eclesiásticas, no duda ni un instante en seguir adelante con su elección.
  • La abadesa sabe que el camino que ha elegido no será fácil ni exento de sacrificios. Pero confía en que Dios iluminará su camino y le dará fuerzas para superar todas las pruebas que se interpongan en su camino. Con humildad y determinación, sor Isabel se prepara para enfrentar un futuro incierto pero lleno de esperanza en compañía de aquellos que comparten su misma fe y convicciones.
  • Mientras tanto, el monasterio de Clarisas de Belorado permanece sumido en un profundo silencio. Las campanas ya no suenan para llamar a la oración ni se escuchan los cantos sagrados que solían resonar entre sus muros centenarios. La ausencia del capellán y la prohibición expresa del arzobispo han sumido al lugar en una atmósfera sombría e inquietante.
  • Pero sor Isabel sigue rezando con fervor junto a sus hermanas monjas, fortaleciendo su espíritu con cada Ave María y cada Padre Nuestro que elevan al cielo. Sabe que el Señor está con ellas en todo momento, guiándolas con amor y misericordia por el camino escogido.
  • Y así, entre oraciones silenciosas y lágrimas contenidas, sor Isabel continúa liderando a su comunidad con valentía y determinación. Aunque el futuro parezca incierto e inestable, ella confía plenamente en que Dios les mostrará el camino hacia la verdad y les concederá la gracia necesaria para perseverar hasta el final.
  • La figura imponente de la abadesa sobresale entre las sombras del monasterio, irradiando una luz interior que ilumina los corazones afligidos de sus hermanas monjas. Su mirada serena refleja una profunda paz interior y una confianza inquebrantable en el poder divino que todo lo sostiene.
  • Y así, envuelta en un halo místico e insondable, sor Isabel sigue adelante con paso firme hacia un destino desconocido pero lleno de promesas divinas. Su fe inquebrantable es el motor que impulsa a toda la comunidad hacia horizontes nuevos e insospechados donde reina solo Dios como guía supremo e infinitamente misericordioso.
  • En la Asociación española por la Igualdad de género «Genus Aequalitatem» no creemos que haya un problema porque sor Isabel y sus compañeras monjas se nieguen a besar la mano del Papa Francisco. Son unas mujeres libres de hacer lo que les venga en gana. Como tú y como yo. Como tod@ nosotras.

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